sábado, 1 de noviembre de 2014

Transcripción de algunos fragmentos del libro "Teoría literaria y deconstrucción" de Manuel Asensi


¿Qué es, en teoría literaria, "deconstrucción", "post-estructuralismo" o "crítica deconstructiva"?
El siguiente fragmento de la introducción del libro Teoría literaria y deconstrucción establece algunos elementos relevantes para comenzar un estudio de este tipo de teorías.

Manuel Asensi, "Crítica Límite/El límite de la crítica" en Teoría literaria y deconstrucción, Madrid, Arco Libros, 1990.
0. INTRODUCCIÓN: LOS CUATRO VÉRTICES DEL MARCO



Sabemos que J. Derrida no es ni un teórico literario ni un filósofo en el sentido estricto y que, al mismo tiempo, habla de y usa la literatura y la filosofía. En sus textos se establece un diálogo particular con Platón, Husserl, Aristóteles, Heidegger, Lévinas, etc., pero al describir su forma de escritura se la califica de gongorina[1]. Sabemos también que ese habla y ese uso no hacen perdurar el mismo estado de cosas primitivo y que el resultado dista mucho de ofrecer un discurso enmarcado y definido. Es frecuente por ello oír voces que llaman la atención sobre la poca claridad de las implicaciones entre la deconstrucción y los estudios literarios[2]. Y, sin embargo, se reconoce la existencia de una crítica literaria deconstructiva con sus manifiestos, sus polémicas y sus detractores y defensores. […] Más aún: se ponen interrogantes alrededor de las relaciones que median entre aquellos que forman parte del propio panorama postestructural. Por otro lado, éste, y no es necesario insistir en ello, no se limita a la teoría literaria, sino que interviene en la filosofía, en la historia, en la psicología, en la antropología, etc. En definitiva, parece claro que la deconstrucción juega un papel importante en el pensamiento contemporáneo y, por esa misma razón, en disciplinas como la teoría y crítica literarias, pero, a la vez, parece también claro que ese papel y sus consecuencias son lo más difícil de encuadrar. Situación paradójica, pues, entre el reconocimiento y la negación, entre la indefinición y el hecho.
Nuestra tesis de partida es que las relaciones entre la deconstrucción y la teoría literaria sólo pueden plantearse en términos de conflicto, paradoja y límite (en el sentido etimológico de estas palabras). La deconstrucción choca, lucha con, turba, inquieta a la teoría literaria que, de ese modo, se mueve paradójicamente en un umbral. Dicho conflicto plantea, ante todo, un problema de delimitación que, lejos de constituir una situación de precariedad, dibuja el modo de proceder deconstructivo. Ahora bien, el conflicto delimitativo al que nos referimos se sitúa en varios niveles que conviene poner de relieve:
1. Relación entre el estructuralismo y el postestructuralismo.
2. Relación entre la deconstrucción y el postestructuralismo.
3. Relación entre la teoría literaria y la deconstrucción.
4. Relación entre la crítica literaria deconstructiva y la deconstrucción.
¿Cómo pensar el después del estructuralismo?: ¿es una superación, un ir más allá del estructuralismo, una alternativa; ¿o será, en cambio, una extensión de este último? Estas tres preguntas —y la denominación «post-»— ¿no implican una forma iluminista y progresiva de plantear la cuestión? Más aún: ¿quiénes son los estructuralistas y quiénes los postestructuralistas? Elijamos tre ejemplos entro los muchos disponibles: Josué V. Harari, en su antología de 1979 textual Strategies, Perspectives in Post-structuralist Criticis, incluye en calidad de postestructuralismas a R. Barthes, Louis Marin, Michel Foucault, Paul de Man, Jacques Derrida, Michel Serres, Eugenio Donato, Gérard Genett, Edwuard W. Said, G. Deleuze, etc. La sola mención de los integrantes citados sirve para que el lector se encuentre ante la imposibilidad de decidir quién es más o menos estructuralista o quién es más o menos post-estructuralista.
Dentro del movimiento posterior (o alternativo, por motivos cronológicos) al estructuralismo y junto a la deconstrucción encontramos otras tendencias como la pragmática, la lingüística del texto, la estética de la recepción, el destruccionismo, el paracriticismo, la genealogía, la hermenéutica, etc. Las relaciones entre la deconstrucción (en sentido amplio) y esas otras corrientes (también en sentido amplio) constituyen un objetivo difícil de determinar desde el momento en que convertir en una unidad bien diferenciada cada una de ellas es algo complicado.
¿Existe una teoría literaria “deconstructiva”? ¿Podemos hablar de una corriente de crítica literaria deconstructiva que se alinee junto al formalismo, la estilística, el estructuralismo, la semiótica, la estética de la recepción, etc.? […] La claridad de la vinculación entre la teoría literaria y la deconstrucción es cuestionada en varios sentidos: J. María Pozuelo sugiere que el análisis deconstructivo es difícilmente aplicable a los textos literarios y a la teoría literaria en general; R. Gasché mantiene la tesis de que la crítica literaria deconstructiva es el resultado de una mala interpretación y mala aplicación de conceptos provenientes del debate filosófico; Paul A. Bové sostiene que la crítica deconstructiva es la prolongación ligeramente transformada de (y en ningún caso la ruptura con) las preocupaciones y conceptos del New Criticism; J. Culler afirma que, aunque la deconstrucción puede afectar el proceder de los críticos, ello no implica un cambio sustancial en la crítica literaria; Silvano Petrosino insiste en que la deconstrucción es una reflexión fundamentalmente filosófica y en que se debe rechazar lo que él denomina la “escolástica derridiana”, es decir, las aplicaciones de la deconstrucción fuera del campo filosófico; Maurizio Ferraris defiende que la contaminación entre la deconstrucción y la teoría literaria es un aspecto nuclear de la misma deconstrucción; Antonio García Berrio propone una integración positiva de la deconstrucción en la teoría literaria; el propio Derrida escribe que la deconstrucción no es ni un análisis ni una crítica, puesto que esos conceptos están sometidos ellos mismos a una deconstrucción.



[1] Vincent B. Leich, Deconstructive Criticism,  Columbia University Press, 1983.
[2] Es el caso de Rodolphe Gasché, La deconstrucción como crítica, en este mismo volumen, y The tain of the mirror. Derrida and the philosophy of reflection, Harvard University Press, 1986; o el de J. Curre, Sobre la deconstrucción, Madrid, Cátedra, 1984.