lunes, 11 de abril de 2016

El problema del texto en la lingüística, la filología y otras ciencias humanas. Ensayo de análisis filosófico

M. M. Bajtín, “El problema del texto en la lingüística, la filología y otras ciencias humanas. Ensayo de análisis filosófica”, en Estética de la creación verbal, trad. Tatiana Bubnova, México, Siglo XXI, , pp. 294-299.

Hemos de definir nuestro análisis como filosófico gracias a consideraciones del carácter negativo: no se trata aquí de un análisis lingüiístico, o filosófico, o histórico-literario, o de algún otro tipo especializado. Las consideraciones positivas son las siguientes: nuestra investigación se desenvuelve en zonas fronterizas, es decir, sobre los límites entre todas las disciplinas mencionadas, en su empalmes y cruces.
El texto (escrito y oral) como dato primario de todas las disciplinas mencionadas y de todo pensamiento humanístico y filológico en general  (incluso del pensamiento teológico y filosófico en sus orígenes). El texto es la única realidad inmediata (realidad del pensamiento y de la vivencia) que viene a ser punto de partida para todas estas disciplinas y este tipo de pensamiento. Donde no hay texto, no hay objeto para la investigación y el pensamiento.
El texto “sobreentendido”. Si interpretamos la noción del texto ampliamente, como cualquier conjunto de signos coherente, entonces también la crítica de arte (crítica de música, teoría e historia de artes figurativas) tiene que ver con textos (obras de arte). Se trata del pensamiento acerca del pensmiento, del discurso acerca del discurso, del texto acerca de los textos. En esto consiste la diferencia radical de nuestras disciplinas (ciencias humanas) frente a las ciencias naturales, aunque aquí no existen fronteras absolutas e impenetrables. El pensamiento humanístico se origina como pensamiento acerca de las ideas, voluntades, manifestaciones, expresiones, signos ajenos, detrás de los cuales están las revelaciones divinas o humanas (leyes de los soberanos, mandamientos de los antepasados, sentencias y adivinanzas anónimas, etc.). La definición científica y la crítica de los textos son fenómenos más tardíos (significan toda una revolución en el pensamiento humanístico, la aparición de la desconfianza). Inicialmente existía la fe, que tan sólo exigía comprensión e interpretación. Luego se recurre a los textos profanos. No tenemos la intención de profundizar en la historia de las ciencias humanas, particularmente de la filosofía y la lingüística, porque nos interesa la especificidad del pensamiento humanístico dirigido hacia los pensamientos, sentidos, signficados ajenos que se realizan y se le presentan al investigador únicamente en forma de texto. Las finalidades de la investigación pueden ser muy variadas, pero su punto de partida sólo puede ser el texto.
Nos interesa aquí únicamente el problema de los textos verbales que son la realidad primaria de las disciplinas humanas correspondientes, en primer lugar de la lingüística, la filología, los estudios literarios, etc.
Todo texto posee un sujeto que es el autor (hablante o escritor). Las formas, especies y tipos posibles de la autoría. El análisis lingüístico dentro de unos límites determinados puede abstraerse totalmente de la autoría. La interpretación del texto como ejemplo (juicios ejemplares, silogismos en la lógica, oraciones en la gramática). Textos imaginarios (ejemplos y otros). Textos construidos (para un experimento lingüístico o estilístico). En todos estos casos se trata de tipos especiales de autores, inventores de ejemplos experimentadores con su responsabilidad específica de autor (allí también existe un otro sujeto: el que podría expresarse así).
El problema de los límites textuales. El texto como enunciado. El problema de funciones del texto y de los géneros textuales.
Hay dos momentos que determinan un texto como enunciado: su proyección (intención) y la realización de éste. Las interrelaciones dinámicas entres estos momentos, la lucha entre ellos, que determina el carácter del texto. La divergencia entre ellos puede significar muchas cosas. El ejemplo de Tolstoi. Los lapsus del habla y de la escritura según Freud (expresión del inconsciente). La transformación del proyecto en el proceso de su realización. El incumplimiento de la intención fonética.
El problema del segundo sujeto que reproduce (con uno u otro fin, incluso para una investigación) el texto ajeno y que crea otro texto como marco (comentario, evaluación, objeción, etc.).
La especificidad del pensamiento humanístico: el doble plano y el doble sujeto. La textología como teoría y práctica de la reproducción científica de los textos literarios. El sujeto textológico (textólogo) y sus particularidades.
El problema del punto de vista (de la posición espaciotemporaldel observador en la astronomía y en la física.
El texto como enunciado incluido en la comunicación discursiva (cadena textual) de una esfera dada. El texto como una especie de mónada que refleja en sí todos los textos posibles de una esfera determinada de sentido. La relación mutua entre todos estos sentidos (puesto que todos se realizan en los enunciados).
Las relaciones dialógicas entre los textos y dentro de los textos. Su carácter específico (no lingüístico). El diálogo y su dialéctica.
Dos polos en los textos. Cada texto presupone un sistema comprensible para todos (es decir, acordado por una colectividad dada) de signos, esto es, la lengua (aunque se trate de la lengua del arte). Si detrás de un texto no está una lengua, ya no se trata del texto sino de un fenómeno natural (no sígnico), por ejemplo, un complejo de gritos y gemidos naturales que carecen de sistematicidad lingüística (sígnica). Desde luego, todo texto, tanto oral como escrito, comprende una gran cantidad de aspectos heterogéneos naturales carentes de carácter sígnico que salen fuera de la esfera de una investigación humanística (lingüística, filológica, etc.), pero que también se toman en cuenta por la última (manuscrito deteriorado, mala dicción, etc.). No existen ni pueden existir textos puros. En cada texto, además, existe una serie de momentos que pueden llamarse técnicos (la técnica de la presentación gráfica, de la pronunciación, etc.).
Así pues, detrás de cada texto está el sistema de la lengua. En el texto, le corresponde todo lo repetido y reproducido y todo lo repetible y reproducible, todo lo que existe también fuera de un texto dado (su carácter determinado). Pero al mismo tiempo cada texto (visto como enunciado) es algo individual, único e irrepetible, en lo cual consiste todo su sentido (su proyecto, aquellao para que se había creado el texto). Es aquello que se refiere a la verdad, al bien, a la belleza, a la historia. En relación con este aspecto, todo lo repetible y reproducible viene a ser únicamente material y medio. En cierta media, este aspecto se encuentra fuera de la esfera de la lingüística y la filología. Este segundo momento o polo pertenece al texto mismo pero se manifiesta únicamente en la situación y en la cadena de los textos (dentro de la comunicación discursiva de una esfera dada). Este polo no está relacionado con los elementos repetibles del sistema de la lengua (de los signos), sino con otros textos (irrepetibles) mediante los específicos vínculos dialógicos (o dialécticos, cuando se abstrae del autor).
Este segundo polo está indisolublemente ligado al aspecto de la autoría y no tiene nada que ver cona unicidad casual y natural, porque se realiza totalmente gracias a los medios del sistema de la lengua. Se realiza gracias al contexto puro, aunque se completa con momentos naturales. La relatividad de todos los límites  (por ejemplo, cómo se cataloga el timbre de la voz de un lector o hablante, etc.). El cambio de funciones determina el cambio de delimitaciones. La distinción entre la fonología y la fonética.
El problema de la interrelación dialéctica (de sentido) y dialógica de los textos de una esfera dada. El problema específico de la interrelación histórica entre los textos. Todo esto, a la luz del segundo polo. El problema del alcance de la explicación causal. Lo más importante es no alejarse del texto (aunque se trate de un teto posible, imaginario, construido).
La ciencia del espíritu. El espíritu (propio y ajeno) no puede ser dado como cosa (que es el objeto inmediato de las ciencias naturales), sino únicamente en la expresión sígnica, en la realización de textos para uno mismo y para el otro. La crítica de la auto-observación. Pero hace falta una comprensión profunda, rica y fina del texto. Teoría del texto.
El gesto natural en la representación efectuada por un actor adquiere una importancia sígnica (por su carácter arbitrario, convencional y sometido a la intención del papel).
El carácter único de lo natural (p. ej., de una huella digital) y el carácter irrepetible, significante y sígnico del texto. Sólo es posible una reproducción mecánica de una huella digital; por supuesto, también es posible una reproducción igualmente mecánica del texto (reimpresión), pero la reproducción del texto por un sujeto (regreso al texto, una lectura repetida, una nueva representación, la cita) es un acontecimiento nuevo e irrepetible en la vida del texto, es un nuevo eslabón en la cadena histórica de la comunicación discursiva.
Todos sistema de signos  (es decir, toda lengua), por más pequeña que sea la colectividad que sustenta su carácter convencional, en un principio siempre puede ser descifrado, es decir, traducido a otros sistemas de signos (otras lenguas); por consiguiente, existe una lógica común de los sistemas sígnicos, una potencial y única lengua de las lenguas (que, desde luego, jamás puede ser una lengua concreta, una de las lenguas). Pero el texto nunca puede ser traducido hasta el final, porque no hay un texto de los textos, potencial y único.
En acontecimiento en la vida de un texto, es decir, su esencia verdadera, siempre se desarrolla sobre la frontera entre don conciencias, dos sujetos.
El estenograma del pensamiento humanístico es una transcripción del diálogo específico que comprende una compleja interrelación entre el texto, como objeto de estudio y reflexión y el contexto como su marco creado (pregunta, objeción, etc.) en que se realiza el pensamiento cognoscitivo y evaluador del sabio. El encuentro de los dos textos, del que ya está dado y del que se está creando como una reacción al primero, es, por consiguiente, un encuentro de dos sujetos, dos autores.
El texto no es una cosa, por lo tanto la otra conciencia, la del que lo recibe, no puede ser eliminada ni neutralizada. 
Se puede ir hacia el primer polo, que es la lengua -la lengua del autor, la lengua del género, de una corriente literaria, de una ´cpoca, la lengua nacional-, y finalmente a la potencial lengua de lenguas. Tembién es posible ir hacia el otro polo, que es el acontecimiento irrepetible del texto.
Entre estos dos polos se colocan todas las ciencias humanas posibles que parten de la realidad primaria del texto.
Los dos polos aparecen como algo absoluto e incondicional: tan incondicional es la potencial lengua de lenguas como el texto único e irrepetible.
Todo texto verdaderamente creativo es en cierta medida una revelación de la personalidad, libre y no predeterminada por la necesidad empírica. Por eso el texto (en su núcleo libre) no permite ni una explicación causal ni una previsión científica. Lo cual, desde luego, no excluye la necesidad interna, la lógica interna del núcleo libre del texto (sin ellas, el texto no podría ser comprendido, reconocido, ni ser eficaz).
El problema del texto para las ciencias humanas. Las ciencias humanas son ciencias que estudian al hombre en su especificidad, y no como cosa sin voz o fenómeno natural. El hombre en su especificidad humana siempre se está expresando (hablando), es decir, está creando texto (aunque sea éste un texto en potencia). Allí donde el hombre se estudia fuera del texto e independientemente de él, ya no se trata de las ciencia humanas.
El problema del texto para la textología. El aspectos filosófico de este problema.
El intento de estudiar el texto como una reacción verbal.
La cibernética, la teoría de la información, la estadística y el problema del texto. El problema de la cosificación del texto. Los límites de esta cosificación.
Un acto humano es un texto en potencia y puede ser comprendido (como acto humano, no como acción física) tan sólo dentro del contexto dialógico de su tiempo (como réplica, como postura llena de sentido, como sistema de motivos).